
Sergio Ruppel, presidente de la Fundación Profesional de Transporte, lanzó una dura advertencia sobre el colapso de la infraestructura vial del país y cuestionó la retirada del Estado en funciones esenciales de mantenimiento y asistencia.La red vial nacional atraviesa un momento crítico. Según Sergio Ruppel, especialista en infraestructura y presidente de la Fundación Profesional de Transporte, la mitad de las rutas del país se encuentra en mal estado debido a un prolongado proceso de desinversión y abandono por parte del Estado nacional.“La situación es desesperante. No es algo que comenzó este año. Las rutas vienen deteriorándose desde hace mucho tiempo”, señaló Ruppel con preocupación en declaraciones radiales. El experto destacó que el problema no se limita al pavimento, sino a la desactivación de funciones clave que históricamente cumplía Vialidad Nacional.“Hoy tenemos la misma cantidad de rutas que hace décadas, pero con un tránsito que se ha multiplicado. Vialidad Nacional está desactivada de hecho. No interviene de manera significativa desde hace años”, explicó. Esta situación deja un vacío inquietante, llevando a Ruppel a preguntarse: “¿Quién se va a ocupar ahora del mantenimiento, la asistencia y las emergencias en las rutas?”.El especialista criticó duramente el plan oficial de transferir la responsabilidad a las provincias o avanzar hacia un esquema de privatización. “Las provincias no tienen fondos. Si no pueden sostener hospitales ni escuelas, mucho menos van a poder hacerse cargo de las rutas”, afirmó. Además, reveló que los intentos de concesionar los corredores más importantes a empresas privadas han fracasado “por el nivel de deterioro y el costo de inversión que requieren”.Implementar un sistema de concesiones, según Ruppel, enfrenta obstáculos económicos insalvables. “El precio de los peajes sería insostenible”, sostuvo, y añadió que el sector privado no tiene incentivos para invertir en zonas de baja rentabilidad pero de alta importancia estratégica y social. “Los privados no van a ir a lugares como Pino Hachado o zonas rurales del norte, donde la vialidad presta asistencia vital en emergencias climáticas o cortes por nieve. Vialidad no es solo repavimentar, también es presencia estatal en emergencias”.Ruppel también puso el foco en las graves consecuencias humanas y económicas de este abandono. “¿Quién no tiene un familiar o conocido que haya tenido un accidente de tránsito?”, reflexionó, vinculando directamente el estado de las rutas con la seguridad de la población. “Estamos hablando de vidas humanas, pero también del altísimo costo económico que significa la atención a la accidentología: ambulancias, hospitales, cirugías. La inversión en rutas es también una política de salud”.Finalmente, el presidente de la Fundación Profesional de Transporte concluyó que desmantelar Vialidad Nacional es un error estratégico de graves proporciones. “Estamos desmontando un organismo que cumple un rol estructural en la integración territorial del país. Si no se actúa con urgencia, el colapso de la infraestructura vial va a tener consecuencias gravísimas”, sentenció. (NA)
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